La Cañá de la Ventana

     Hace mucho tiempo que no publicamos un post en el blog y tras tantos días de lluvia, ansiosos por volver a rutear, hemos decidido ocupar el tiempo poniéndonos de nuevo en marcha. Y la mejor manera que hemos encontrado para reanudar , no ha sido otra que animaros a caminar, pero literalmente.


     Una de las rutas señalizadas por la Federación Andaluza de Montañismo (FAM) aunque la más desconocida pese a su belleza y asequible trazado, es la de la Cañá de la Ventana.

     Nosotros evitaremos el asfalto para zambullirnos aún más en esta naturaleza extrema que nos está esperando, y para ello, ascenderemos a la planicie, o a este trocito del glacis del Geoparque de Granada, desde Gorafe.

     Lo haremos por la Cuesta de Freila, que debe su nombre al destino al que encaminaban sus pasos los habitantes de Gorafe. Por ella, cuentan las personas de más edad del lugar, la fila de bestias subiendo y bajando era interminable, sobre todo en fechas donde la recogida del esparto y otros bienes que paría la tierra, estaban en su punto álgido.

            Cuesta de Freila con Gorafe al fondo
    
      Ahora esa cuesta no es transitada por estos animales, pero muy frecuentemente puedes cruzarte con cabras montesas que te cederán gustosamente el paso trepando en un visto y no visto por paredes verticales.

     La enlazamos desde la Plaza de la Constitución, allí buscaremos  la calle Alhambra, que ya empieza a remontar a nuestra derecha. Justo al final de la misma, a la derecha otra vez, veremos el caminito de tierra que nos eleva en diez o quince minutos a la plazoleta de las Cuevas el Torriblanco, desde donde tendremos unas increíbles vistas de Gorafe, su vega y el encajonamiento del río que horadó nuestro valle de la prehistoria.

    Tras deleitarnos con las vistas, continuamos nuestra marcha hacia el Puntal de Don Diego  , lugar que al igual que la cuesta recién subida, indica la dirección, en este caso continuaba hacia Don Diego, el nombre que tenía antaño el pueblo vecino de Villanueva de las Torres. 

     En este pequeño trayecto de solo 1 km, veremos a nuestra derecha el recién estrenado Complejo astronómico-Los Coloraos y un poco más adelante, como flotando entre los almendros La Casa del Desierto.

     Es parada obligatoria, en cualquier momento del día, este hito desde donde podremos contemplar las Béticas enmarcando todo el territorio, y en el centro, el Pantano del Negratín, con sus intensas aguas azules que contrastan con las tierras rojas de los badlands que las delimitan.


Puntal de Don Diego


                                                                                             Cerro Mencal al fondo


      Cerro Jabalcón al fondo            

     Y ahora si!! Comenzamos a descender por la pista que nos introduce en la ruta circular del Desierto de Gorafe, 23 km, pero no os asustéis no vamos a caminar tanto...quizás otro día!

     La bajadita serpenteante que nos adentra en el Desierto de Gorafe nos traslada a otros lugares, a otros tiempos y siempre con la grata compañía del silencio...aunque puede que este sea alterado por el trinar de alguna de las muchas aves que revolotean por estos áridos lares.

     No sabrás hacia donde dirigir tu mirada, si al desvanecimiento de las baldías tierras al fundirse con la vega a tu izquierda o hacia las que lo harán al llegar al Negratín, a tu derecha.

    Ambos paisajes te embelesarán, culminando con el Cerro Mencal y el Cerro Jabalcón que se vigilan desde la distancia

   Recorreremos, en bajada, un par de kilómetros, donde iremos deleitándonos y descubriendo paisajes imposibles a diestra y siniestra. Justo allí encontraremos el primer indicador, que ignoraremos, ya que esa será nuestra conexión a la vuelta. Os recomiendo avanzar un poco más, hasta encontrar la señal que indica Cañá de la Ventana, así la ruta tendrá más desnivel negativo que positivo. 

     Ahora si!! Esa es la bifurcación en la que debemos girar, a unos 2km del primera baliza. 


     


Esta señal la ignoraremos, será nuestra 

conexión a la vuelta







     Ahora si, aquí dejamos la circular
del Desierto de Gorafe, 
para adentrarnos en otra ruta.

     A partir de aquí el paisaje cambia, vamos a recorrer las estribaciones del Desierto de Gorafe, encaminándonos hacia la zona más baja del valle, hacia la fértil y verde vega bañada por el río Gor. Eso nos mostrará panorámicas cambiantes, desde riscos con insólitas formas que harán jugar a tu imaginación , hasta largas sendas orilladas por olivos. 
     Texturas y colores que cambiaran aleatoriamente a cada paso, pasos que transitan por meandros terrosos que nos hacen navegar hasta el punto más bajo de la ruta, eso si, siempre bajo la mirada protectora del imponente Cerro Mencal, uno de los “cerros isla” del Geoparque de Granada.
    Llama la atención, como justo cuando dejamos el camino del Desierto, encontramos lugares de cultivo ¿Cómo puede cambiar tanto el paisaje en solo unos metros? Allí veremos  los olivos verdeando entre los colores ocres. Los reencontraremos en la parte más baja, pero allí son más previsibles, ya que el riego les queda cerca.












     Este cambio de escenario nos abre a otras latitudes, nos habla del trabajo agrícola realizado desde antaño, intentando rascar un trocito de tierra fértil al dominante y agreste paisaje. No tuvo que ser tarea fácil hacer dúctil estos guijarros.

 
     Y caminando, caminando, entre olivos y almendros, cuando menos lo esperas aparecen la piedra viva y los escollos, que te advierten de su esterilidad. Tierras yermas que manan un magnetismo especial, mostrándonos la historia de la Tierra en cada uno de sus estratos.


 Formas creadas por la erosión tras miles de años acariciando estas tierras.

















Los espartos son algunas de las plantas aclimatadas en este territorio.

                    Al fondo la carretera que nos devuelve a Gorafe

     Aquí se bifurca nuestro camino, que nos permitirá volver a Gorafe por la carretera, si vamos a la derecha, o seguir haciendo la ruta circular ,si vamos a la izquierda. Pero ya que estamos en la ruta de la Cañá de la Ventana, no nos vamos a ir sin ver la Ventana que le otorga el nombre a la misma. Por lo tanto...nos encaminaremos hacia la izquierda.




   


    


     Transitando por la vega y cuando menos lo esperemos, ella saldrá a nuestro encuentro, altanera, como un ojo que todo lo ve y que a su vez deja ver, "la Ventana". Si te apetece mirar más de cerca o mirar desde la otra cara puedes desviarte y unos metros y disfrutar del espectáculo desde su atalaya. Te aseguro que merece la pena.

Cara posterior de la Caña de la ventana

Frontal de la Cañá de la Ventana

    Tras este jugueteo con la Ventana, volvemos de nuevo a nuestra senda que comenzará a ascender por serpenteantes sendas ambarinas, mostrándonos los paisajes en sentido inverso, de la vega al desierto, desde los cerezos y olivos a los espartos y retamas.

  Espalda flanqueadas por los olivos de la vega






     Formaciones geológicas que dejan volar nuestra imaginación. 
   En este caso, parece una fortaleza pétrea que emerge a medio camino de la vega y el desierto.






     Y aunque ahora toca remontar el desnivel, el zigzaguear de sus sendas nos lo facilitará. Nuestros ojos irán reconociendo los colores, estratos y rocas erosionadas que pese a no ser las mismas que nos acompañaron en el descenso, si que forman parte de la geología propia de este rinconcito del Geoparque de Granada.

                                                                     
                                                                                                                                                                                                                                               

     Así, paso a pasito, haciendo fotos e impregnándonos de los contrastes que nos ofrece este paseo, llegamos de nuevo al cruce de la ruta circular que rehusamos en los primeros kilómetros de nuestro  caminar. Y ahí, justo en ese cruce de caminos, ocurre ese momento mágico donde, el Jabalcón asoma sobre la peana azul del Negratín, dándonos la bienvenida. Mientras, el Mencal, nos despedirá a nuestras espaldas, dando el testigo de nuestra salvaguarda al cerro gemelo.



     Desde la primera vez que vi esos dos cerros encarados, hace ya unos 20 años, me fascinó ese duelo silencioso de titanes, y tanto tiempo después me siguen embelesando y transmitiendo una sensación de paz ilimitada.

     Espero que podáis realizarla en breve y que la disfrutéis. Os dejo el track oficial, pero ya sabéis, que esta opción evita el que caminéis por la carretera. 


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